¿Qué somos
si no los temidos jardines
que nos fueron arrebatados
en el olvido?
Lo que ayer todo,
lo que ya no,
lo que mañana nada.
Cuando se condensan
como el vaho en los cristales
los efímeros recuerdos
que cuestionan hasta la luz
del final del túnel,
dejan de existir las palabras.
Ya no las hay, no,
que dibujen en la piel
la huella de tus dedos.
Se nos escapa ese punto de inflexión
que luego fue patraña
que fue serpiente susurrante
a oídas de un incrédulo
cegado por los años.
Y es por esto
por lo que yo,
te tengo a ti, mi innombrable
inmortalizado entre papeles.
Para que no te lleve
el tiempo.Alejandra S. http://wewerelikestrangers.blogspot.com.es